• Editorial Almadía
  • 184 páginas
  • ISBN: 9788412852721

En estas historias, la vida se desgarra y deja un rastro de sangre con gotas de comedia negra en el pasillo.

Los patriarcas van a la playa con sus hijos e ignoran el apocalipsis que se acerca en el horizonte. Los dioses han despertado, vienen con hambre de seres humanos. Las parejas miran cada día un agujero en la pared de su casa, y se preguntan cuánto durará esa felicidad que no parece agotarse nunca. Un joven muta en un enjambre de moscas cuando lo despiden y un matrimonio discute con su hijo mientras lo entierra en el jardín.

La muerte acecha por todos lados: en forma de grieta, hueco, de fauce que se abre entre el mar y el cielo, encarnada en un sicario que espera, o subiendo a un autobús después de un mal día cansada de lidiar con sus responsabilidades. En cualquier momento da un zarpazo.

Los protagonistas de estos cuentos son conejos paralizados delante de los faros de un coche que ilumina lo absurdo. Conscientes de la densidad del tiempo y de lo corta que es la mecha, ven hacerse trizas todo lo que se les escapa de las manos: el amor, la felicidad, el hogar, la identidad, la trama.

Destila inteligencia, tono afilado y humor oscuro, y nos lo sirve en un vaso de bordes dentados. Sabe riquísimo, un tesoro total.

Sabina Urraca

Cuesta pestañear durante la lectura y así, con los ojos secos, lo cotidiano adquiere una aspereza que de pronto se llena de lágrimas. Un regreso esperadísimo, al menos para esta fan.

Aixa de la Cruz